Nota de prensa

Un amor más grande mediante la historia familiar

La búsqueda de datos de nuestra historia familiar y el proporcionar las ordenanzas del templo para nuestros antepasados nos permite ver la inmensidad del plan de Dios, pero al mismo tiempo lo personal del mismo.

El Señor ha enseñado que aunque los mundos que Él ha creado para Sus hijos son “incontables para el hombre… para mí todas las cosas están contadas, porque son mías y las conozco” (Moisés 1:35). La obra de historia familiar y la obra del templo nos brindan la oportunidad de unirnos a la obra de salvación de Jesucristo. El hacerlo, nos sirve para aprender a amar a nuestras familias, vecinos y a quienes conocemos, y ser misericordiosos hacia ellos, ya que todos son nuestros hermanos y hermanas.

 

Al recordar a nuestros propios antepasados, reconocemos el alcance del plan y de la creación de nuestro Padre Celestial. El Señor creó un lugar en el que pudiésemos ser probados y tener fe, pero debido a que muy pocas personas tienen la oportunidad de recibir la plenitud de los convenios de Dios mientras están en la Tierra, la misericordia de la obra vicaria nos recuerda que el Señor ama a todos Sus hijos y ha proporcionado la manera para que todos puedan elegir aceptar las bendiciones plenas del Evangelio, independientemente de sus circunstancias en la vida mortal (véase 2 Nefi 26:20–28, 32–33).

     

Extracto del discurso La manera en que la historia familiar nos cambia el corazón y la mente Por Amy Harris Profesora de historia y genealogía en la Universidad Brigham Young.

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